miércoles, 24 de septiembre de 2014

Oportunidades y retos de la universidad latinoamericana y la docencia en la sociedad del conocimiento

Resumen.


    En este trabajo se realiza una reflexión sobre los retos a los que se enfrenta la universidad latinoamericana en la sociedad del conocimiento que se vive en el siglo XXI. También se mencionan algunas potencialidades que la universidad en la época actual tiene para enfrentar sus desafíos. Finalmente se menciona el impacto que tienen los retos y las potencialidades de la universidad en el ejercicio de la labor docente en educación superior, y cómo éstos se traducen en retos y potencialidades particulares para el docente.



La universidad latinoamericana en el siglo XXI

     Latinoamérica es una región de altos contrastes que se pueden apreciar en mayor medida en el ámbito socioeconómico. Por un lado se cuenta con un potencial en recursos naturales y humanos que pueden llevar a la región a un desarrollo pleno, pero por el otro se observan importantes rezagos en materia de justicia social e igualdad de oportunidades. A estos factores se puede agregar una historia que se caracteriza por su falta de estabilidad en el desarrollo de los procesos humanos y económicos (movimientos sociales violentos, crisis económicas recurrentes, inestabilidad climática, entre otros). Es dentro de este contexto que la universidad en el subcontinente ha tenido que ejercer sus funciones como centro de formación de recursos humanos y generación del conocimiento, que puedan hacer frente a las necesidades apremiantes de una sociedad que vive una realidad que se percibe como poseedora de las características ya descritas.

     Se considera que la universidad, desde un enfoque nacionalista, ha contribuido al desarrollo de las sociedades nacionales de las que forma parte, aún en aquellas que siguen en vías de lograr dicho desarrollo (Altbach, 2008). Con la llegada al siglo XXI, las universidades en Latinoamérica se encuentran en un escenario donde tienen que seguir cumpliendo con sus funciones básicas (aquellas que enuncia el autor antes citado: 1. Docencia, 2. Investigación y 3. Preservación y difusión del conocimiento) dentro de un contexto social producto de los factores ya descritos al que se añade la obligación de integrarse plenamente a lo que se ha nombrado como “sociedad del conocimiento” que tiene su base de funcionamiento en el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). En este orden de ideas Didriksson (2008, p. 24) observa las siguientes tendencias:
  • Reorganización del conjunto de las esferas de la vida política, social y económica, por la intermediación de la producción y la transferencia de nuevos conocimientos y tecnologías sobre todo relacionadas con la automatización, las telecomunicaciones, así como en la biotecnología y en la nanotecnología.
  •  La educación superior es uno de los sectores de mayor participación pero también uno de los que más resienten los cambios ya descritos.
  • Las Instituciones de Educación Superior (IES) están destinadas a tener un papel fundamental en la perspectiva de una sociedad del conocimiento al llevar a cabo procesos de cambio fundamentales en sus modelos de formación, de aprendizaje y de innovación.

      En este punto surge la pregunta, ¿qué potencialidades tiene la universidad en américa latina para encarar los retos a los que se enfrenta en el siglo XXI? Antes de dar una posible respuesta es necesario conocer dichos retos. Algunos de ellos ya se han mencionado líneas arriba. A dichos retos se les añaden los siguientes:
  • El proceso de contracción de recursos económicos que la universidad latinoamericana ha venido resintiendo desde los años 80 (Didriksson, 2008)
  • Crecimiento sostenido de la presencia de la universidad privada frente a la pública (Didriksson, 2008).
  • La relación entre la investigación académica y la industria sigue siendo organizada desde una perspectiva tradicional, de separación de mundos disciplinarios distintos y excluyentes (Didriksson, 2008).
  • Pobre contribución de la universidad latinoamericana en la generación del conocimiento mundial (Didriksson, 2008). Una causa de esto es el hecho de que existe en Latinoamérica una notable escasez de personal que se dedique a las actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) dentro y fuera de las IES. Como ejemplo se puede mencionar que en Argentina, en 2007, apenas había 2.2 personas dedicadas a I+D+i por cada 1,000 habitantes, o que en México, en 2005, había 1.03 personas dedicadas a I+D+i por cada 1,000 habitantes. Para dar una mejor perspectiva del problema se puede mencionar que en Japón había 14.1 por cada 1,000 en 2007 (véase la tabla en Ríos y Gómez, 2011, p. 211).
  •  Una demanda social en busca de recursos humanos con formación superior y de soluciones a sus problemáticas siempre en aumento (Didriksson, 2008).
  • La obligación de la universidad de evolucionar desde la idea de la educación terminal hacia la incorporación del concepto de la educación permanente (Tunnermann, 2010).
  • La emergencia de las TIC las cuales han impactado en los modos de aprender de una nueva generación. Un ejemplo de esto es la migración en la forma de la lectura, la cual ha pasado del texto —lineal— al hipertexto —no lineal— (Perazzo, 2008).
  • El surgimiento de nuevos paradigmas en lo que se refiere a teorías del aprendizaje, dentro del contexto de la era digital. Se puede mencionar como ejemplo el Conectivismo (Obando, 2013).

     La lista podría continuar, pero no es propósito de este trabajo enumerar todos los retos. Se han escogido los ya mencionados por ser, a juicio del autor, los más relevantes dentro del contexto latinoamericano.

     Retomando la pregunta realizada con anterioridad se enuncian las potencialidades que la universidad en Latinoamérica presenta para hacer frente a los retos ya mencionados (y a los que faltaron de mencionar). Didriksson da la respuesta al haber observado las siguientes tendencias:
  • Atención generalizada al desarrollo de temas como la evaluación y la acreditación.
  • La manutención del estatus de liderazgo de la universidad pública con respecto de la capacidad instalada en el pregrado, y sobre todo en el posgrado reflejado en el número de proyectos, productividad científica, número de investigadores y en la capacidad cultural de sus iniciativas, con respecto del de la universidad privada.
  • Intensificación notable en la cooperación regional entre universidades en temas como la movilidad universitaria, equivalencia de títulos y grados, programas conjuntos, uso intensivo de las TIC, establecimiento de redes y programas de trabajo multilaterales, entre otros.
(Didriksson, 2008, p.p. 33 y 34).

     A estas acciones se agrega el proceso de cambio en los modelos académicos que trasladan el centro del acto educativo desde la enseñanza hacia el aprendizaje, mediante la aplicación de las teorías psico-educativas que tratan al respecto.

     Retos y potencialidades se encuentran presentes en la realidad cotidiana de la universidad latinoamericana. El aprovechamiento de las potencialidades para hacer frente a los retos se dará en la medida en que las personas (es decir el elemento humano) que conforman la comunidad universitaria demuestren entendimiento del contexto y compromiso para abordarlo y solucionarlo.

Espacios de trabajo, desafíos y oportunidades para el docente.

     El reto para la universidad significa reto para el docente. Siendo el factor que vincula directamente el quehacer universitario con sus beneficiarios (las y los estudiantes), la labor docente tiene un impacto directo en el aprovechamiento de las potencialidades y en el enfrentamiento de los retos de la universidad. Es el docente quien ejerce una influencia de acción directa en las tres funciones básicas de la universidad (ya mencionadas). Dichas funciones son los espacios de trabajo en los cuales el docente se desenvuelve en sus tareas cotidianas:

La docencia. Esta es la actividad natural del docente. En este espacio el reto principal es la asimilación completa del cambio en el modelo educativo (donde el docente ya no es profesor sino facilitador). Es también aquí donde se debe dar la incorporación de las TIC en los procesos educativos, por lo que los nuevos modelos, en combinación con el uso de estos recursos, obligan al docente a estar actualizado no sólo en su campo disciplinar, sino en lo pedagógico, lo tecnológico y en materia de investigación.

La investigación. En la universidad actual todo docente debe ser investigador y todo investigador debe ser docente. Estas dos funciones se funden y hacen que el formador sea generador de conocimiento nuevo y el generador sea formador. El docente debe aprovechar las oportunidades de formación en el campo de la investigación que la universidad ofrece (cursos, posgrados, becas, intercambios académicos, estancias de investigación, convenios de trabajo conjunto, proyectos de investigación mediados por el uso de las TIC, etc.). Un docente no iniciado en la investigación puede comenzar con la reflexión de su propia práctica educativa y la búsqueda de formas para su mejoramiento. Desde ahí puede plasmar y compartir sus experiencias en informes de prácticas profesionales. La experiencia es también conocimiento.

La preservación y difusión del conocimiento. La tercera función de la universidad tiene que ver con la difusión y preservación del conocimiento generado. Aquí los retos y oportunidades para el docente se traducen en que se convierta en un agente activo de esta función. En forma concreta se habla de la creación de espacios físicos y virtuales de preservación y difusión (coloquios, ferias, bibliotecas, repositorios, conferencias y videoconferencias, páginas web, espacios en redes sociales, blogósfera, etc.).

Conclusión.


     La inmersión en la sociedad del conocimiento que caracteriza a la vida actual supone una serie de retos para las IES que impactan en forma directa en sus funciones. El docente es agente de participación directa en el aprovechamiento de las potencialidades que la universidad posee para hacer frente a dichos retos. Se requiere entonces que el docente pase por un proceso de conciencia y adquisición de compromiso con el fin de que pueda ser capaz de cumplir su parte en la importante tarea de llevar a la universidad a ser factor importante en el desarrollo de la sociedad latinoamericana del siglo XXI.

Referencias.

Altbach, P. G. (2008). Funciones Complejas de las Universidades en la Era de la Globalización. Informe: La Educación Superior en 2008, La Financiación de las Universidades. Recuperado de:  http://upcommons.upc.edu/revistes/bitstream/2099/7931/1/02%20%285-14%29.pdf

Didriksson, A. (2008). Contexto Global y Regional en la Educación Superior en América Latina y el Caribe, 21-54. En: Gazzola, A. L. y Didriksson, A. (editores). Tendencias de la Educación Superior en América Latina y el Caribe. Caracas: UNESCO.

Obando, F. (2013). Hiperaprendizaje en la Educación Superior. Revista Congreso Universidad, 2 (1), 1-10

Perazzo, M. I. (2008). La Ruta de la Alfabetización Digital en la Educación Superior: una Trama de Subjetividades y Prácticas. Revista Universidad y Sociedad del Conocimiento, 5 (1), 1-10

Ríos, J. M., y Gómez, E. R. (2011). Innovación en un Mundo Globalizado: Dos Casos, 203-240. En: Hernández, R., Padilla, S. y Arancibia, M. (coordinadores). Educación Superior, Innovación e Internacionalización. Zapopan, México: Cucea, Universidad de Guadalajara.

Tunnermann, C. (2010). La Educación Permanente y su Impacto en la Educación Superior. Universia, 1 (1), 120-133

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