lunes, 19 de julio de 2021

Nuevos Apuntes Sobre el Síndrome de Asperger


     En la presente entrada se refiere información y reflexiones más recientes sobre este tema, advirtiendo, como siempre, que lo escrito es una combinación de lo que sé, lo que siento y lo que creo.

Falta o Disminución de la Capacidad de Empatía, ¿Verdad o Mentira?

     En un reciente programa televisivo de Telemadrid, dentro de la serie "De Eso No se Pregunta", se trató el tema del Síndrome de Asperger aplicando el formato que maneja; preguntas anónimas dirigidas a varias personas con esta condición. En una de ellas se inquirió sobre si los participantes han actuado o fingido ser "normales". Las diversas respuestas dadas por quienes participaron condujeron al tema de la supuesta falta o diminución de la capacidad de empatía en las personas Asperger. La chica que respondió señaló que esta idea era un mito, refiriendo a que las personas neurotípicas manejan la empatía con una codificación que tienen como única con validez. Si bien estoy de acuerdo con la respuesta, me parece que hay más elementos que proponer al respecto. Las personas que somos Asperger sí tenemos capacidad de empatía, de co-sentir las emociones de otras personas, de ponernos "en los zapatos del otro" como se suele decir. Lo que pasa es que el desarrollo de esta capacidad se da en forma distinta entre nosotros(as) y las personas neurotípicas. Mientras que en estas últimas la referida capacidad se da en forma natural y no consciente, en las personas Asperger se desarrolla mediante el aprendizaje consciente. Esto da origen al funcionamiento diferenciado en el ejercicio de esta capacidad, ya que las personas "normales" no se dan cuenta de sus mecanismos de empatía, siendo imperceptibles para ellas, mientras que para las personas con nuestra condición, los mismos se ejercen en forma totalmente consciente e intencionada, siendo así en mi caso por lo menos.

     Estas adaptación se da en las personas Asperger, sobre todo en la edad adulta, al darnos cuenta de que vivimos en un mundo social y que tenemos, por un lado la necesidad de tener contacto con otras personas (la idea de una ausencia total de necesidad de socialización en personas con esta condición es otro mito), y por otro el imperativo que tiene el contacto social como indispensable para nuestra supervivencia incluso, ya que tenemos que trabajar para hacernos de los recursos y bienes básicos y suplementarios. En este punto conviene recordar que esta condición forma parte del espectro autista en su zona de alto funcionamiento, lo cual nos exige un buen nivel de independencia personal y económica. Esto tiene como resultado el que las personas Asperger tengan que desarrollar esta capacidad de empatía aprendida, intencionada y consciente, que por ser tal no deja de ser parcial y artificial pero nunca falsa, como medio de incorporación al mundo neurotípico.

     Para cerrar esta parte, se tiene que mencionar que la aplicación de la capacidad de empatía aprendida y consciente por parte de una persona Asperger, le supone un gran esfuerzo, por lo que al final de cada actividad social, hay un cansancio cuyo alivio requiere un retorno a su espacio de soledad y de recuperación de sus comportamientos "inusuales", dando lugar al manejo del ciclo "Asperger-Normal, Normal-Asperger".

Las Siempre Difíciles Relaciones Sentimentales.

     Uno de los temas más difíciles de tratar para las personas con Asperger es el de las relaciones sentimentales y de pareja. En el programa ya referido, uno de los participantes fue tajante en su opinión al respecto; "'¿les es difícil tener pareja?', difícil no, imposible". A partir de esta pregunta, quienes participaron desarrollaron varios elementos al respecto. Una vez más coincido con ellos, pero hay que traer el que considero como central y que conecta a todos los demás; estas dificultades no las aportan las personas Asperger sino las neurotípicas. Esto lo digo con respeto, pero también con contundencia y con la conciencia de la polémica que tiene esta idea.

     Por las razones ya establecidas en el párrafo anterior, se puede afirmar que las personas Asperger, en especial en la edad adulta y contrario a lo que el imaginario popular cree, desarrollamos una buena cantidad de flexibilidad. Se nos tiene como personas rígidas y apegadas a nuestra forma de vida y a nuestras rutinas, lo cual es verdad hasta cierto punto. Sin embargo, la necesidad de adaptarnos en forma constante a un mundo cuyas lógicas no corresponden con las nuestras, para convivir, nos lleva a desarrollar aprendizajes que nos proporcionan flexibilidad en situaciones que se encuentran fuera de las que componen nuestro espacio interior. En este ámbito, los papeles se invierten; la persona Asperger es la flexible y la neurotípica es la rígida. Aquí, el elemento referido por la chica, ya tratado en el punto anterior, se aplica en forma exacta; los neurotípicos manejan códigos de comportamiento y empatía que consideran, en forma inconsciente además, como los únicos que son válidos, y todo elemento que se salga de ellos es rechazado en forma automática, sutil la mayoría de las veces y tajante en otras.

     Con base en lo anterior, me atrevo a sostener que es más fácil preparar a una persona Asperger para vivir una relación sentimental con una persona neurotípica, que a una persona neurotípica para vivir una relación sentimental con una persona Asperger. Una persona neurotípica no tiene que adaptarse constantemente a un mundo que funciona en forma natural para ella, por lo que no tiene, por lo general, la disposición para hacerlo. De hecho, lo normal es que rechace esta posibilidad. Por otra parte, si una persona neurotípica llega a aceptar el llevar una relación de este tipo con una persona Asperger, las dificultades que se dan tienen, en su mayoría, este mismo origen. Para la neurotípica, adaptarse a la forma de ser, de sentir, y sobre todo de empatizar y de amar de la persona Asperger, conlleva un ejercicio que le es sumamente complejo, precisamente por esta falta de flexibilidad y de capacidad de adaptación.

     Otro punto interesante a desarrollar es el de las relaciones sentimentales y de pareja entre dos personas Asperger. Es verdad que la igualdad de condición entre ellas facilita en gran medida el desarrollo de la relación. Ambas partes comparten un mismo mundo y, hasta un buen grado, de las mismas experiencias de vida, buenas y malas. Las dos han pasado por las mismas dificultades y tienen, también hasta un buen grado aunque no en forma entera, las mismas habilidades, capacidades y códigos de comportamiento, lo que sí da a lugar a una base sólida de entendimiento. Sin embargo, hay que evitar una trampa; la de tomar la condición como elemento único de coincidencia y unión. Aquí no se habla de los gustos o de los temas de interés obsesivo, presentes en esta condición, sino de elementos de mayor profundidad, como coincidencia de valores y de puntos de vista en lo social, moral, político y religioso. También, y por supuesto, debe haber la atracción física y sexual complementaria a la emocional, intelectual y espiritual. Otro elemento muy importante de mencionar es la realidad de que, aún teniendo todos estos elementos a favor, la relación sentimental y de pareja es una de las más complejas, lo que hace que no esté exenta de trabajo constante y de dificultades para su sostenimiento.

Hans Asperger, El Personaje y la Reciente Polémica.

     No es propósito de esta entrada relatar la biografía del médico y científico austriaco cuyo apellido se tomó para dar nombre a la condición que se está tratando. Se mencionará, solamente, que se trata de la primera persona quien detectó y caracterizó sus elementos distintivos desde el año de 1944, y cuyas investigaciones fueron rescatadas a principios de los años 1980 por Lorna Wing y traducidas por Uta Frith en 1991. De ahí que se diera a esta condición el nombre que tiene en la actualidad.

     En estos últimos años, en particular en 2016 y 2019, diversas investigaciones en historia europea y austriaca del siglo XX, revelaron documentos que confirman la participación de Hans Asperger en el envío de niñas y niños a la clínica Spiegelgrund, que formaba parte de los programas de exterminio por parte del régimen Nazi, con fines eugenésicos, descritos eufemísticamente como de eutanasia. Es muy difícil establecer si el doctor Asperger actuaba en favor de estos programas o lo hacía coaccionado. Dos datos que se podrían mencionar en su defensa son; 1. La gran mayoría de los médicos alemanes y austriacos de la época cooperaron (o tuvieron que cooperar), en mayor o menor medida, con dichos programas, por lo que Hans Asperger no fue el único y ni siquiera fue el más importante o destacado; 2. Un hecho que sí está documentado es que el doctor Asperger nunca se afilió al Partido Nazi, por lo que se puede especular que no le tenía simpatía.

     Estos hallazgos han desatado una gran polémica en torno al personaje, al grado de que hay quienes proponen cambiar el nombre de la condición, para que no lleve el apellido de un "sanguinario mata niños". En este sentido tengo que dar una opinión al respecto. En primer lugar, me parece que tomar estos hechos, y aún en el caso de que se confirme que Asperger los hizo con plena conciencia y convicción, para dar una única dimensión al personaje, es someterlo a una reducción simplista, muy característica de la historia de tipo maniqueo que suele gustar a quienes ven el mundo como un campo de "buenos contra malos". Como todos los personajes históricos, Hans Asperger era una persona compleja, con muchos matices, con cualidades y defectos, y sujeta al contexto de su época. En segundo lugar, y con base en lo anterior, el hecho de que haya participado en los programas de exterminio derivando niñas y niños, no niega sus importantes contribuciones al campo de la psiquiatría infantil, las cuales dan un mejor entendimiento del autismo como un espectro de condiciones en lugar de una enfermedad. Sin embargo, hay que advertir que tampoco sucede al contrario. Estos dos elementos están presentes en la vida del personaje junto con muchos más. En tercero, sus contribuciones al trabajo en favor de la infancia, posteriores al término de la Segunda Guerra Mundial, como su dirección en Aldeas Infantiles SOS, muestran una vocación humanitaria. Estas visiones sobre los personajes las he aprendido de quienes considero que son mis maestros en historia, aunque ellos no lo sepan, como Pedro Salmerón o Paco Ignacio Taibo II.

     Es opinión de quien esto escribe que el nombre de esta condición puede seguir, de momento, llevando ese apellido, con la conciencia de que la complejidad humana de esta persona muestra elementos positivos y negativos, como cualquier otro personaje de la historia. Aun así, no me opondré e incluso estaré de acuerdo con que dicho nombre cambie, en el caso de que investigaciones posteriores arrojen resultados que hagan que mantenerlo se vuelva moralmente insostenible.

Como conclusión.

     Como en el caso de otros escritos que tengo elaborados en este espacio, el presente se realiza como un ejercicio de desahogo de la información, cuyo proceso forma parte de mi normalidad como persona neurodiversa, en su condición de Síndrome de Asperger. Es mi intención que esto contribuya, en forma modesta como lo son mis propias capacidades y en mi condición de no experto en estos temas, con su entendimiento más claro, aunque sea sólo un poco. Si esto le es de utilidad a alguien, me daré por satisfecho y feliz.

Zapopan, Jalisco, julio de 2021.

Disclaimer: las imágenes fueron tomadas de internet con licencia libre y sus derechos pertenecen a sus dueños.

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