Entrada onírica.
Me encuentro en un supermercado y tengo algunas frutas y verduras que tomé y embolsé para pesarlas. Me acerco a la fila de la báscula que imprime la etiqueta para el cobro del producto, y veo que está atendida por una mujer. Al llegar mi turno, me doy cuenta de que el servicio de pesado y etiquetado de productos embolsados se cobra al precio de una moneda, y que por algún motivo, a esto se le denomina "lup". En ese momento, me doy cuenta de que no tengo monedas, por lo que la mujer que atiende la máquina me hace a un lado constantemente, para dejar pasar a las personas que sí tienen monedas para pagar el "lup".
Mi reacción ante esto es de enojo, por lo que reclamo a la mujer sobre la situación, absurda, de que se cobre por pesar bolsas y etiquetarlas, para que después, en caja, se haga el cobro del producto. Mi molestia es tal, que le digo a la mujer "que le den", a lo que ella reacciona, con toda molestia y lógica, diciéndome que soy un majadero.
Al escuchar ello, comienzo a gritar a los demás clientes lo absurdo que es el cobro del servicio de pesado y etiquetado de mercancías embolsadas, terminando con la proclama ¡No al Lup!, que repito en forma constante. En ello, otra mujer comienza a corear también la misma proclama, provocando que más clientes lo hagan, hasta que la situación se torna en una protesta generalizada al interior del supermercado. Yo, entre los gritos de ¡No al Lup!, comienzo a entonar La Internacional ("arriba parias de la tierra, en pie famélica legión..."), lo que anima aun más la protesta.
Los empleados del supermercado, ante la protesta, cambian la máquina de etiquetado por monedas por una normal, y comienzan a pesar y a etiquetar las bolsas sin cobrar por ello, lo que hace que se incremente la cantidad de compra de frutas y verduras frescas por parte de los clientes, ahora tranquilos y satisfechos.
La mujer a la que insulté se me acerca y me dice; -"usted tenía razón". A lo que le respondo; -"tenía razón pero ello no me autoriza para insultarla, por lo que le ofrezco una disculpa". La mujer acepta mi disculpa, al tiempo que me dice; -"mire, el no cobrar por el pesado nos benefició a todos, porque ahora vendemos más", a lo que le respondo; -"¿ya lo ve?, por eso todos quienes estamos en la clase trabajadora debemos apoyarnos".
Despierto de mi sueño y al recordarlo me da un ataque de risa.
Zapopan, Jalisco, diciembre, 2023.
Disclaimer: La imagen fue tomada de internet en forma libre. Sus derechos pertenecen a sus dueños.
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