jueves, 3 de marzo de 2022

Rusia, Ucrania, OTAN; Una Opinión

 

Advertencia: esta nueva entrada tiene toda la intención de NO ser imparcial.

     El tema que hoy nos ocupa tiene varios días de ocupar espacio en los noticieros, redes sociales, foros y charlas; la reciente invasión a Ucrania por parte de Rusia.

     No voy a desarrollar una relatoría de hechos por las siguientes razones:

  1. Porque haga lo que haga, investigue lo que investigue, dicha relatoría sería incompleta. Los hechos que llevaron las cosas hasta este punto son muy complejos, incorporando elementos históricos, culturales, políticos, militares, hegemónicos y estratégicos.
  2. Porque es imposible armar la relatoría a partir de los relatos que se encuentran disponibles, debido al sesgo que manejan las fuentes para favorecer las narrativas tanto de un lado como del otro de las partes en conflicto.
  3. Porque quiero que el texto que contenga esta entrada sea lo más breve posible.
     El propósito de este escrito es, mas bien, establecer mi posición con respecto de lo que ha pasado y desahogar la constipación de ideas que tengo en mi cabeza acerca de esto. Vamos allá.

     Se podrían buscar pretextos para la existencia de este conflicto, desde los intereses hegemónicos e imperialistas, tanto de EE UU y Europa como de Rusia, hasta el acceso a la explotación de tierras y recursos en un contexto de recesión económica empeorada por la pandemia. Lo cierto es que lo que realmente ha estimulado las tendencias bélicas entre pueblos a lo largo de la historia siempre han sido los dos mismos factores: el saqueo o los desequilibrios psicológicos de los líderes. Hay que decirlo en forma más clara; se va a la guerra cuando se es un lunático o cuando se quiere robar.

    Si analizamos algunos detalles de los antecedentes de los principales protagonistas de esta historia, nos daremos cuenta de que la ocasión actual no es muy diferente de las anteriores:

  • El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; es un ex-actor cómico convertido en presidente que sólo ha dado muestras de no contar con las capacidades que se requieren para conducir una nación, además de carecer en forma peligrosa del sentido de la realidad.
  • El presidente de Rusia, Vladimir Putin; es un típico "macho-alfa" que ha dirigido su país beneficiando los intereses de su propia oligarquía y propios, prepotente, autócrata y calculador en un sentido peligroso.
  • El actual presidente de los EE UU, Joe Biden, es el típico político del partido demócrata de ese país, que es "buenaondita-semiprogresista en casa" pero bélico e imperialista fuera de ella.
  • Los demás líderes de los países de la OTAN están coptados, no sólo por los intereses norteamericanos, sino también por los de sus propias oligarquías.
  • Un detalle; cada día compruebo más que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, es un impresentable.
     De estos elementos se pueden obtener los ingredientes que, a mi parecer, cocinan este conflicto; ambición, frivolidad, machismo, avaricia y estupidez. Conocemos de sobra las consecuencias que se obtienen cada vez que se mezcla este mal coctel.

     Otro aspecto que debo mencionar, pero que no quiero extender, ha sido la actuación de medios de comunicación de todo el mundo, y su reflejo en las redes sociales. Está de más analizar la manipulación informativa efectuada por todos ellos, sin excepción, desde los estadounidenses hasta los rusos. Se entiende que la propaganda es parte del desarrollo de toda guerra, y más ahora que las batallas ya no se libran sólo en los campos, sino también en las mentes del público. Hacer que la gente tome partido para apoyar y justificar a alguna de las partes es indispensable para dar, no sólo justificación, sino incluso legitimidad a su narrativa. También, es importante tomar en cuenta de que en el caso de los medios privados, los datos no son información sino mercancía. Aquí no importa que lo que se diga sea verdad o no sino que venda. En los medios públicos, por desgracia, la cosa no es mejor ya que la información sirve, en este caso, para justificar y para orientar la opinión hacia un apoyo acrítico, y en este sentido tampoco importan su veracidad o su falta de ella.

     Como conclusión, doy a conocer algunas posiciones personales; 1. Me niego rotundamente a desarrollar posición de simpatía o antipatía alguna hacia cualquiera de las partes. Es una guerra, no un partido de fútbol; 2. En cambio, expreso mi simpatía y solidaridad con quienes son, siempre, las verdaderas víctimas de un conflicto: las personas civiles en todas sus zonas; 3. Expreso mi total apoyo a la posición oficial del gobierno de mi país, y en particular del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual ha sido una bocanada de sensatez en este asunto tan revuelto; 4. El principio de Hanlon está más vigente que nunca: "nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez", y en este conflicto, sobra mucho de esta última.

Zapopan, Jalisco, marzo 2022.

Disclaimer: la imagen fue tomada de internet en forma libre y sus derechos pertenecen a sus dueños.

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