lunes, 24 de abril de 2017

Religión, Ateismo y el Gran Otro, Visión Agnóstica


En esta entrada se da un análisis sobre la postura religiosa y la postura atea ante la posible existencia o no de la divinidad, y se describe una tercera posición, el agnosticismo, como la que ejerzo. Se advierte que, al igual que en otros análisis de este blog, lo escrito es una combinación de lo que sé, lo que pienso y lo que creo.

Religión, dogma, función social y diferencia ante la ciencia.

Se inicia el análisis con una idea que se sostiene desde hace mucho tiempo por ciertos sectores de la izquierda política; la religión es un instrumento del poder para someter la voluntad del pueblo. No se niega el hecho de que la religión se haya usado con ese propósito en distintas sociedades a lo largo de la historia, pero esta visión es, por decirlo de algún modo, simplista. La religión es un fenómeno social mucho más complejo que ello. Se debe tomar en cuenta que existe en el ser humano la necesidad de establecer algún tipo de contacto con lo trascendente, es decir, con lo que hay fuera de su existencia pasajera, y esta necesidad va mucho más allá de explicarse el porqué de los fenómenos de la naturaleza, la existencia de la vida y su sentido. Esta necesidad está presente en todas las culturas y en las diversas épocas. La prueba de ello es que la religión es un elemento presente en la vida y desarrollo de las sociedades.

La religión ha venido ofreciendo no sólo respuestas a interrogantes como el origen del mundo material, el origen y sentido de la vida, entre otras, sino la posibilidad de entrar en contacto con la trascendencia que es causa y dirección del universo y de los destinos: la divinidad. Los instrumentos de los que se vale para el cumplimiento de su función son de carácter inmaterial y emocional; los dogmas, los rituales, la comunión (entendida no en su acepción cristiana católica sino en su concepto más general como "común-unión"), el acompañamiento espiritual, los valores de convivencia, entre otros. La religión se tiene que ver como parte integrante de la realidad cultural de los pueblos al ser moldeada por ellos para, en forma posterior, moldearlos. Se aprecia en ello una suerte de dialéctica entre una religión en particular y el pueblo del que proviene ya que después lo influye.

Sin embargo, en cada época y pueblo ha habido personas que deciden buscar las respuestas a las interrogantes ya mencionadas en otras fuentes, por ejemplo en el propio mundo material. A lo largo de los siglos, y con los aportes que van realizando este tipo de personas, se ha desarrollado un modo de buscar la verdad de los fenómenos naturales y sociales que presenta en sus fases más avanzadas métodos de búsqueda, análisis, síntesis y valoración de resultados; la ciencia. Los actuales defensores de la religión han sostenido que no hay conflicto actual entre ciencia y religión. Sin embargo, desde la existencia de la ciencia como forma de pensamiento organizado, no han sido pocos los choques con la religión, y el punto de diferencia central sigue estando presente: la duda contra el dogma.

La ciencia es la única forma de pensamiento organizado cuya razón de ser es la duda. La investigación, y por tanto el desarrollo del conocimiento, comienza con la duda. La ciencia pone, por método, todo en duda, incluyendo el estado presente del conocimiento generado, hasta su resolución objetiva, mesurable, comprobable y universal, lo cual llega a ser muy difícil. Es por ello que en ciencia hay abundancia de hipótesis y teorías y escasez de leyes y postulados.

En cambio, el dogma se puede definir como una "verdad" que no admite dudas ni cuestionamientos, lo cual va contra la razón de ser de la ciencia, pero que es la base de la religión. En esta última el dogma no se cuestiona o inquiere, se acepta. La existencia de Dios es el dogma sustancial de la gran mayoría de las religiones y que le es común. Sin embargo, la forma en que se da esa existencia, junto con las respuestas que ofrece a las necesidades ya tratadas párrafos atrás cambia de cultura en cultura, de una religión a otra. Si bien esto genera la gran riqueza cultural que la religión posee (y que inspira creaciones artísticas), también es cierto que es causa de divisiones y conflictos entre grupos humanos, debido a la carencia de objetividad. Otro problema que hay con el dogma es que no soporta, o al menos es lo que se ha podido ver, el riguroso examen del método científico. No son pocos los dogmas que han caido ante el conocimiento desarrollado por la ciencia. También puede haber contradicciones entre dogmas, ya no entre religiones o sectas diferentes, sino dentro de una misma religión o secta. El cristianismo ha padecido esta situación en forma muy importante al haber iniciado como un solo grupo religioso, para después ser la fe religiosa que tiene la mayor cantidad de divisiones, iglesias, grupos y sectas; divisiones que se dan, en la mayoría de los casos, por cambios en los dogmas debido a las múltiples reinterpretaciones de sus textos sagrados.

En lo personal encuentro al pensamiento religioso, con todo y su respetabilidad, como reticente al desarrollo del pensamiento humano colectivo. Rechazo la idea leninista de "la religión es el opio del pueblo", encontrando de hecho elementos en ella que pueden conducir a la liberación de la conciencia, como muy bien lo hace notar Lutz Keferstein (1); sin embargo considero que la fe (entendida en todas sus acepciones, desde sinónimo de confianza hasta la negación dogmática del hecho objetivo) no debe reemplazar a la razón, y que esta última es un derecho inherente a la dignidad humana; el derecho de cada persona a buscar sus propias respuestas en vez de aceptar en forma simple y acrítica aquellas que cualquier forma de ideología le ofrece, religiosa o no.

El ateísmo como creencia y sus dogmas.

Se define el ateísmo como la postura consistente en la afirmación de la inexistencia de la divinidad, ya sea que esta tenga un solo representante (monoteísmo) o varios (politeísmo). En principio se puede asociar con el pensamiento científico por oposición al pensamiento religioso, cuyos puntos de diferencia ya han sido mencionados. La ciencia, a través de sus métodos, ha encontrado las causas de muchos fenómenos de la vida natural y social, las cuales son diferentes de los orígenes que la religión les ha atribuido.

Desde un punto de vista propio, puedo decir que el ateísmo tiene una carencia cuando trata de alejarse de los dogmas religiosos, y es que su propia postura es dogmática. Si bien es verdad que la ciencia no ha podido probar la existencia de Dios, también lo es que tampoco la ha podido desmentir. Si se piensa en la posibilidad, como muy bien lo señala otra vez Lutz Keferstein (2), de que nada hubiera existido, contra la realidad de que el mundo, en su expresión más extensa, existe, se tiene un punto de partida para la duda (eso sí, sólo la duda). Como se ha estado estableciendo en este escrito, la duda es la antítesis del dogma, de tal suerte que el ateísmo termina cuando se pone en duda la inexistencia de la divinidad.

Aplicando una simple idea marxista, el plusvalor, el cual es la parte del valor de la mercancía que lo hace ser más que la suma de los de sus materias primas; es posible pensar en que los seres vivientes somos más que la suma de los elementos que nos conforman. En el caso de la mercancía el plusvalor se obtiene al añadir el factor trabajo, siendo el ser humano quien lo ejecuta. En el caso de los seres vivos, ha sido posible por medio de la ciencia conocer los elementos que les son comunes (carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno), sin que lo sea el crear un ser vivo con ellos. Falta el factor que hace de la vida existente un plusvalor. A la postura atea no le es posible, honestamente, abordar esta cuestión.

Estas ideas son simples pero suficientes para afirmar que el ateísmo es dogmático ya que se basa en una idea que no se puede probar, sin que signifique que no sea una postura respetable, igual que la religiosa. Si se retoma el concepto de fe en su primera acepción, sinónimo de confianza, entoces se puede decir que el ateísmo es una fe, o lo que es lo mismo, es la confianza en la idea de la inexistencia de la divinidad. Igual se reitera que la fe no debe reeplazar a la razón, aunque sí pude complementarla.

El funcionamiento de la verdad.

Se piensa que la verdad en un sentido básico debe funcionar como una realidad objetiva que no sufra cambios ante las diversas culturas y puntos de vista. En un material en video un ateo expone a un grupo de creyentes el ejemplo de que, sin importar si una persona vive en Estados Unidos o en la India, si es católica, judía o hinduísta; "dos más dos suman cuatro", siendo esta la forma en que se comporta la verdad (3). El ejemplo es claro y sencillo, aunque tiene el problema de ser, de hecho, simplista. Es verdad que el conocimiento objetivo tiene que comportarse en esta forma, pero también lo es que no todos los saberes son objetivos, y que la verdad, ya en un sentido más amplio, puede cambiar de forma dependiendo del punto de vista y de los valores culturales que cada persona posea.

Recurriendo a Marx una vez más, la percepción de la verdad amplia suele ser afectada por lo que se conocen como determinismos sociales, a través de los cuales su percepción está condicionada por la situación vivencial del sujeto cognoscente. No se tiene la misma percepción de la realidad cuando se es hombre a cuando se es mujer, o cuando se tienen diversos orígenes étnicos, nacionales o culturales. Estos factores, y otros más, actúan como condicionantes de la percepción e interpretación de la verdad y de la realidad. Es por ello que cada postura religiosa, junto con la atea, no posee una prueba válida de su autenticidad con respecto de las demás. Cada una de ellas se proclama a sí misma como la verdadera sin tomar en cuenta que en origen son diferentes percepciones de una misma realidad, Esto las hace ser a todas reales y falsas a la vez, aunque sea paradójico.

La verdad es un tema complejo y es un problema al momento de establecer la validez de las diversas posturas ante la divinidad.

El "Gran Otro", el corazón de la ideología. Una idea de Slavoj Zizek.

Ateísmo, religión, incluso el agnosticismo, son posturas ideológicas. Se puede definir la ideología como el conjunto, o más bien sistema, de ideas que conforman la posición de una persona o colectivo ante el universo existente y los valores que regulan la convivencia social. En este sistema se incluyen percepciones, valores, creencias, dogmas y prejuicios. La ideología tiene un centro que valida el actuar de sus seguidores, y que es identificado en forma excepcional por Slavoj Zizek (4). Este filósofo esloveno lo nombra como "el Gran Otro". En la ideología religiosa es fácil identificar a su "Gran Otro" que es Dios. Para los religiosos, Dios es la causa que está por encima de ellos mismos, y es esa posición lo que lo convierte en el factor que valida sus actos, desde los más encomiables (como la caridad y la atención hacia los más pobres) hasta los más reprobables (como el odio, la discriminación, la persecusión y la violencia hacia quienes no comparten la forma de su postura), o incluso los más perversos (como la pederastia).

En el caso de las ideologías no teístas, el "Gran Otro" es menos fácil de identificar aunque está siempre presente; la razón, la justicia social, el pueblo, el conocimiento científico, etc., dependiendo de cada una de ellas. Aquí es también posible encontrar paradojas en el actuar de sus seguidores. Zizek señala que en la Rusia Soviética Estalineana se cometieron purgas y genocidios contra el pueblo a nombre "del pueblo". Lo que se tiene que aclarar es que en esta ideología "el pueblo", es decir "su Gran Otro", no se refiere a la realidad objetiva sino a una idealización de esa realidad. Con estos dos ejemplos se puede determinar la característica principal del "Gran Otro" de cada ideología; se trata siempre de una idealización.

Retomando el ejemplo de las ideologías religiosas, Dios está como su "Gran Otro", y cumple con la característica de ser una idealización. Dios se adapta a cada cultura, religión o secta. Para unos su nombre es Jesucristo y es un judío del siglo I quien es Dios e hijo de Dios a la vez, para otros es Krisna, para otros más es Alá, quien tiene en Mahoma a su profeta útimo y definitivo, etc.; siendo que ninguna de estas personificaciones constituye una realidad objetiva (básica) y aceptable para todos. También otra caracterización que se da a Dios como idealización, distinta según cada religión o secta, es su humanización. Dios tiene que tener características humanas para que sus creyentes lo puedan sentir cercano. De esta forma Dios crea, ama, protege, escucha, provee, perdona, bendice; aunque también, según los diversos textos sagrados, juzga, persigue, castiga, cela, odia, maldice y se venga; todo ello siendo sentimientos y actitudes reales en los seres humanos pero improbables de comprobar en la divinidad debido su carácter de idealización.

Mi posición: el Agnosticismo.

Se define el agnosticismo como la posición en la cual se afirma que la existencia de Dios no se puede probar ni desmentir. Esta palabra proviene de las raíces griegas "ag" (negación) y "gnoscis" (conocimiento), dando como significado etimológico "lo que no se conoce". Se trata de admitir que existen indicios que pueden sostener lo mismo la existencia de la divinidad que su inexistencia, y que por ello no es posible determinar cuál de las dos posturas es la correcta en la objetividad. Se suele dividir el agnosticismo en cuatro sub-posturas: agnosticismo teísta, en la cual se prefiere creer en la existencia de Dios con la consciencia de que no se puede probar; el agnosticismo ateo, en la cual se prefiere creer en la inexistencia de Dios con la conciencia de que no se puede probar; el agnosticismo suave o moderado en la cual se sostiene que algún día se podrá conocer la verdad en la medida en que la ciencia siga mejorándose; y el agnosticismo duro en la cual se declara como definitiva la imposiblidad de acceder a la verdad (5).

El agnosticismo se puede percibir a simple vista como una postura cómoda y libre de compromiso, pero ello no es verdad. De hecho se requiere una gran cantidad de convicción para sostener una posición que le es chocante tanto a religiosos como a ateos. También es necesario señalar que no es una posición que esté exenta de lagunas ni de la existencia de un "Gran Otro", esto si se toma en cuenta de que también es una ideología. Considero en este último punto que el "Gran Otro" del agnosticismo es difícil de identificar, aunque a nivel personal puedo decir que es posible que sea el derecho a la razón.

Mi forma de ejercer el agnosticismo como creencia combina , aunque en forma desigual, sus cuatro tipos; es decir, soy parcialmente teísta y parcialmente ateo (más el primero que el segundo), y soy parcialmente moderado y parcialmente duro (más el segundo que el primero). Ello me permite ser respetuoso con cualquier postura, religiosa, atea o agnóstica (en una forma diferente de la mía) sin que signifique que la comparta necesariamente.

Como una conclusión.

Hace un tiempo llegó a mi time line de Facebook una imagen en caricatura de un científico (la representación estereotipada de uno) que decía que creer en Dios estaba muy bien, y que no creer también estaba muy bien, pero lo que estaba mal es creer que se es superior al mantener una postura con respecto de quienes sostienen la otra. Estoy de acuerdo con este mensaje, permitiéndome dar un añadido: también existe la postura de afirmar que no se puede saber cuál de las otras dos es verdadera, que está también muy bien, pero que tampoco da superioridad con respecto de quienes creen en ellas. En todo caso, siento que el agnosticismo me ha venido muy bien para definir lo que siento con respecto de la divinidad y que se adapta muy bien a mi propia forma de ser. No es mi intención hacer promoción ni ganar adeptos para esta postura. Sólo se trata de explicar qué es. No más, no menos.

Zapopan, Jalisco, abril 2017.

Disclaimer: Imagen tomada de internet con licencia libre. Todos sus derechos pertencen a sus dueños.

(1) Lutz A. Keferstein. Política y Religión. Buzón Ciudadano, 2014. Clip de video disponible en YouTube.com
(2) misma fuente.
(3) Cibermitanios. Religiosos vs Ateo. Cibermitanios.ar, 2016. Clip de video disponible en YouTube.com
(4) Slavoj Zizek. Guía Pervertida de la Ideología. P Guide and Bunder Films, 2012.
(5) Robin Le Poivedin, Agnosticism a Very Short Introduction, 2010.

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